2006 ¿año del cambio?
El muro de Berlín, en una singular búsqueda de anhelos, quedó dividido estéticamente en dos. Del lado soviético, no se podía tocar el muro porque los soldados del ejército rojo, desde lo alto, descargaban sus AK-47 contra los civiles que intentaban escapar. Del lado occidental se suplicaba libertad desde las paredes, convirtiéndose este lado del muro en símbolo de ambiciones, arte y justicia para todos los peregrinos y berlineses que por ahí pasaban. Unos pocos días antes de mi regreso a Madrid leía una interesante pintada, lamentablemente sin cámara en mano, en el centro de Caracas: Las paredes callarán cuando volvamos a ser libres. En Berlín las paredes, por suerte, callaron para siempre. Y en Caracas sin duda callarán algún día.
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